Seguía pensando si había sido demasiado duro con ella, tal vez no habría usado las palabras correctas.
No podía volver, después de todo lo dicho, ¿Sería incorrecto pedir perdón?
Tras vacilar, intentó hablarle. Ella titubeaba. No respondía. No sentía.
El joven dio sus explicaciones, sus razones, ella no respondía.
Me perdiste! le gritó a la chica, mientras se alejaba,
ella paró, pensó, se dio vuelta y le respondió.
No te perdí, porque no se puede perder algo que nunca fue tuyo, aclaró y se alejó con lagrimas en los ojos y el corazón destrozado.
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