Nuestra impaciencia
es la que embarra todo el terreno
de juego
que no dejamos de pisar.
Lo único real del tiempo es que pasa… como la vida misma… pasa.
que no dejamos de pisar.
Lo único real del tiempo es que pasa… como la vida misma… pasa.
No perdamos
la costumbre de ir adentro nuestro
cada tanto a ver que tan felices somos.
Ahí al fondo todo se conecta de algún modo, todo fluye, todo cambia, todo.
No hay estandar de belleza, no hay diferencia que valga, no hay consumo, no manda la plata.
Ahí al fondo todo se conecta de algún modo, todo fluye, todo cambia, todo.
No hay estandar de belleza, no hay diferencia que valga, no hay consumo, no manda la plata.
Y si hemos caído bajo probemos
tocando fondo, todo se conecta de
algún modo,
y te sorprende mi amor...
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